Robert Capa

Robert Capa en realidad se llamó Erno Friedmann. Nació en Noruega en una familia de judíos y se inició, después de algunas otras cosas, en el fotoperiodismo. Su amor fue una fotógrafa alemana Gerda Taro (también seudónimo de su nombre real, Gerta Pohorylle) que juntos inventaron a Robert Capa.

Actualidad_228991200_38622249_854x640

Robert Capa sería un fotógrafo muy famoso proveniente de Estados Unidos. La  propaganda a una persona misteriosa generó mucho interés en los editores de diarios y revistas, y las fotos que sacaban Gerda Taro y Erno Friedmann se empezaron a vender rápidamente. No había forma de saber quién había sacado cada foto. Y esto es lo más increíble. Ninguno de los dos se atribuía ninguna. No había egos, ni orgullo, ni ninguna pretensión. Los dos se habían unido para ser una sola persona. Robert Capa.

PAR115674

Robert Capa es la expresión del amor más pura. Es la expresión del ingenio para poder sobrevivir. La expresión del arte documental. La insistencia hacia la realidad, hacia saber la verdad. Es entrometerse en la zona de conflicto. Meterse en el barro, jugarse y dejar la vida en lo que uno quiere.

Cuando empezó la guerra civil española, los dos viajaron a España para cubrirla. Ahí sacan la foto más famosa e icónica de ese periodo, que hasta hoy en día, nadie sabe quién de los dos la sacó. Muerte de un miliciano.

SPAIN. Córdoba front. Early September, 1936. Death of a loyalist militiaman.

Se dice que la foto fue preparada. Hay un negativo donde se ve una imagen similar, como si hubiera tratado de una puesta en escena, en la que probaron distintas tomas. El miliciano está retratado justo cuando una bala atraviesa su cabeza. El momento exacto.

*

Erno deja España para irse a Paris, dejando a Gerda unos días más, para luego reecontrarse en Paris. Pero Gerda muere en batalla y nunca más se reencuentran. Erno toma el nombre Robert Capa para él y sigue su vida como fotógrafo periodístico. Cubre la segunda guerra mundial, y es uno de los primeros (creo que hasta el único) que hace fotos de el desembarco en Normandía, la playa Omaha.

 

Anja Niemi

The-desert

 

No hay fotógrafa que me inspire más en la autodependencia que Anja Niemi. El autorretrato, la increíble limpieza en cada una de sus imágenes, el equilibrio tonal, la paleta de colores pastel y la armonía que, en un principio nos relaja y después nos choca cuando prestamos atención a la alteración de sus personajes , todo forma parte de, nada menos, que ella misma.

 

The-Terrace

 

«Darlene & Me» (una de las series que, creo, más representa su trabajo y estilo), retrata el tiempo que pasamos en soledad con nosotros mismos y todas las luchas internas que lo conllevan. Creando historias particulares, usando la clonación como recurso, vemos a Anja (modelando ella misma para sus fotos) interpretando a un personaje. No solo juntamos le hecho del modelaje propio y el post procesado (también propio), sino todo lo que implica la dirección de arte, el vestuario, escenografía, dirección de fotografía, y guionado de la foto. Todo a su cargo.

 

The-Swimming-pool

 

Salir miles de veces de la pileta para ver en la cámara una foto que nos convenza, viendo que el vestido salga con el movimiento justo que buscamos, por ejemplo. Y ni hablar de las pruebas para medir el enfoque, la exposición, que todo esté en su punto correcto. No es fácil si no tenemos a otra persona que nos ayude. Siempre va a ser bueno tener a alguien como asistente que esté atrás de la cámara (mientras nosotros hacemos de fotógrafo y modelo a la vez) aunque sea solamente para apretar el obturador, o precisar que nada se salga del encuadre. Pero cuando hacemos las cosas nosotros solos, teniendo todo bajo control, el resultado se vuelve mucho más personal y satisfactorio.

 

 

Descubrir la libertad que nos dá trabajar por nosotros mismos se empieza a volver tentador. Pensar en que no vamos a tener ningún contratiempo con modelos, vestuaristas, maquillaje, etc, la idea se empieza a volver atractiva, pero el trabajo se puede volver cansador y desgastarnos el doble. Anja Niemi hace parecer el autorretrato algo simple y profundo, si nos hacemos cargo de todo. Nadie tiene la posibilidad de interrumpir la idea que tenemos en la cabeza más que nosotros mismos.

 

She-Could-have-been-a-Cowboy

 

Otra vez la narración y la importancia de crear una historia para estimular nuestra imaginación se vuelve un punto importante. Para mí no sólo importa que la fotografía esté bien hecha técnicamente, sino que además tenga los objetos necesarios para poder crear algo que nos deje dando vueltas en la cabeza. Anja cumple con todos los requisitos, y reúne muchos más.

 

The-Pool-House

 

The-Duel

The-receptioninst

The-Bride

The-Mistress-new

The-Socialite1

 

Más de su trabajo en anjaniemiphotography.com/

Vivian Maier.

En el año 2007 Jhon Maloof encontró una caja con más de 100.000 negativos de la fotógrafa y niñera Vivian Maier. Ella llevaba una cámara Rolleiflex y sacaba fotos prácticamente sin parar, y sin importarle mucho el resultado final, ya que en su vida, nunca se pudo dar el lujo de revelar ningún rollo. Toda su obra es póstuma y se basa en fotografía callejera y en (lo que más me gusta a mi personalmente) autorretratos.

 

Vivian_Maier_B_15

 

Con mucha rapidez en sus reflejos, Vivian Maier se congelaba así misma de formas ingeniosas. Jugando siempre con todos los recursos que se pudiera encontrar en la calle, como espejos, vidrieras de locales, charcos de agua, y todo aquello en donde se viera reflejada, simplemente apretaba el obturador en el momento justo.

 

VM1955W03420-05-MC

 

La calidad para disparar exactamente cuando el hombre levanta el espejo, la ilusión del infinito con otros múltiples reflejos en más espejos, o generar un estilo de doble exposición con las sombras, son algunos de los grandes ejemplos que nos muestra cuán creativo se puede llegar a ser para sacarnos un autorretrato. Podemos hacernos una foto normal, frente al espejo, pero si, por ejemplo, inclinamos el ángulo de la cámara un poco para abajo, o para un costado, dejando ver el borde del espejo y mostrando otras perspectivas, o eligiendo otro espejo para enmarcarnos de distinta forma, etc, el resultado se vuelve más impactante y, así, más interesante.

 

 

El uso de la sombras para autoretratarse es otro recurso valioso que además le agrega algo de misterio a la fotografía. Solo el hecho de que podamos ver parte de nuestro reflejo en una silueta totalmente negra, sabiendo que somos nosotros, pero no viéndonos realmente, nos hace dar cuenta de que tenemos esa posibilidad de engañar al espectador con algún tipo de juego de sombras. Y a esto también se le puede agregar un efecto de doble exposición. La silueta puede ser rellena por cualquier objeto o patrón que encontremos en el lugar donde vamos a hacer la foto.

 

 

Parecen recursos básicos, pero (por lo menos yo, un poco falto de creatividad) hasta que no los ví en Vivian Maier nunca se me habían ocurrido. El autorretrato a modo de selfie, donde nos vemos a nosotros en el reflejo junto con nuestra cámara, no era más que simplemente eso. Ahora, descomponerlo y componerlo de otras formas más ocurrentes, jugando con el entorno e improvisando con los recursos que éste nos da, lo hace más llamativo. Nos fuerza a ver al autorretrato desde otro punto de vista. Pueden llamarlo artístico o no, pero nos va sacando un poco de lo típico que estamos acostumbrados a ver.

 

Esas fotos de Vivian valen la pena verlas (hay hasta un libro editado con todos sus autorretratos) y, más que ver sus fotos en sentido estético, podemos ahondar un poco más en lo que fue la intimidad de su persona.

 

subir

 

Para ver más fotos, está la página de Vivian Maier.  Y para saber más sobre como fue su historia pueden ver el documental: Finding Vivian Maier

 

1004_may_5th_1955

 

1029

 

VM1954W02936-11-MC

 

VM1961W00940-05-MC